La casa Boero fue diseñada y construida a finales del siglo XIX y principios del XX. Si bien se desconoce su fecha exacta de finalización, es un claro ejemplo de arquitectura italianizante del periodo de la Belle Epoque, que representa un tipo de construcción ligada a la alta burguesía y las clases sociales más acomodadas. Su construcción es muy peculiar porque estuvo ligada desde un principio al molino harinero perteneciente a la familia, al ferrocarril y a la ciudad. En el periodo comprendido entre 1880, con la conformación del Estado Nacional, y 1914 con el estallido de la primera guerra mundial, se vivieron años de bonanza económica. A estos factores se le sumaron las campañas del desierto que extendieron las líneas de frontera con los pueblos originarios, los diferentes avances tecnológicos producto de la primera y segunda revolución industrial, y mano de obra inmigrante resultante de las oleadas inmigratorias que se estaban dando en el país, principalmente del norte de Italia con una larga tradición de construcción ladrillera. La casa es de diseño italianizante y su ornamentación es ecléctica ya que posee varios estilos decorativos y arquitectónicos. Sus habitaciones tanto sociales como privadas se organizan en torno a patios o en este caso a pasos/zaguanes, priorizando la simetría en la disposición. Las habitaciones interiores son todas de impronta clásica, con molduras, rosetones y boiserie francesa. La peculiaridad de la casa es que su fachada presenta elementos vanguardistas sobre una construcción tradicional italiana, las cuales generalmente tienen ornamentos clásicos como flores, conchas u objetos naturales. Todas las molduras, frisos y detalles de fachada son modernistas, de gran sobriedad y simpleza, que en el conjunto crean complejidad. Podemos identificar elementos de la Secession Vienesa, Art Nouveau y Liberty italiano, todas vanguardias europeas. Otro espacio peculiar es el Patio Andaluz, único en la región, que representa un patio tradicional de la región de Andalucía en España, producto de la antigua influencia árabe en esa zona de la península Ibérica, con elementos traídos puntualmente de Sevilla. El jardín del frente de la casa es típico francés, adornado con canteros de plantas traídas de distintas partes del mundo. En los primeros tiempos de la casa dichos jardines abarcaban mucho más espacio de la actual manzana. En las áreas de servicio de la casa se optó por otros estilos más despojados y simples como en el caso del neocolonial donde casi no existen ornamentos. MEMORIAS DE SANAVIRONES: EL PASADO ORIGINARIO DE NUESTRAS TIERRAS. MEMORIA E HISTORIA INDÍGENA